En estos últimos días, ha causado un cierto revuelo en la prensa española, y en la europea, la votación del parlamento irlandés en la que se aprobó una nueva redacción para la Defamation Act, o Ley Antidifamación; ley en la que, según muchas y múltiples valoraciones, se establecía como delito la blasfemia, esto es negar la existencia de Dios.
Cualquier persona que se lea tres o cuatro posts de este blog no tardará ni cinco minutos en descubrir que el Vaticano no es precisamente el país preferido de su autor. Pero las cosas son como son, no como queremos o nos gustaría que fuesen.
El texto definitivo de la ley aprobada por el parlamento irlandés se puede descargar en esta dirección. El merdé está en su partículo 36, que va tal que así:
36.—
(1) A person who publishes or utters blasphemous matter
shall be guilty of an offence and shall be liable upon conviction on
indictment to a fine not exceeding €25,000.
(2) For the purposes of this section, a person publishes or utters
blasphemous matter if—
(a) he or she publishes or utters matter that is grossly abusive
or insulting in relation to matters held sacred by any
religion, thereby causing outrage among a substantial
number of the adherents of that religion, and
(b) he or she intends, by the publication or utterance of the
matter concerned, to cause such outrage.
(3) It shall be a defence to proceedings for an offence under this
section for the defendant to prove that a reasonable person would
find genuine literary, artistic, political, scientific, or academic value
in the matter to which the offence relates.
(4) In this section “religion” does not include an organisation or
cult—
(a) the principal object of which is the making of profit, or
(b) that employs oppressive psychological manipulation—
(i) of its followers, or
(ii) for the purpose of gaining new followers.
Ensayaré una traducción libre:
36.-
(1) La persona que publique o proclame hechos blasfemos será culpable de ofensa y será responsable, si es declarada culpable, del pago de una multa de hasta 25.000 euros.
(2) Para el propósito de esta sección, se entenderá que una persona ha publicado o proclamado hechos blasfemos si:
(a) Ella o él publica o proclama contenidos que son claramente abusivos o insultantes en relación con materias tenidas por sagradas por alguna religión, de forma que ofendan a un número sustancial de creyentes de dicha religión, y
(b) Ella o él pretendan, mediante la publicación o la proclamación del contenido concernido, causar dicha ofensa.
(3) Se podrá aducir como defensa frente a las ofensas incluidas en esta sección la pureba de que una persona razonable podría apreciar un genuino valor literario, artístico, político, científico o académico en los contenidos considerados presuntamente ofensivos.
(4) A los efectos de lo dispuesto en esta sección, el concepto de religión no se entenderá incluye a toda organización o culto:
(a) Cuyo principal objeto sea la obtención de beneficios económicos
(b) Que emplee la manipulación psicológica opresiva
(i) de sus seguidores, o
(ii) para conseguir adeptos
A mí esta norma me parece retrógrada. Creo que atenta contra la libertad de expresión, sobre todo teniendo en cuenta que los corpus normativos de los países occidentales, como Irlanda, tienen herramientas más que sobradas para que quien se sienta insultado gravemente por la difusión de cualquier mensaje pueda acusar a su difusor de libelo, de injurias, de calmunias, de difamación, o de cualquier otra figura parecida. La convicencia democrática no tiene nada que ver con impedir el conflicto de expresión, sino con tener a disposición las herramientas necesarias para corregir aquellos casos en los que la expresión de ideas supera la frontera de lo razonable y respetuoso. Únicas excepciones a esta regla, en mi opinión, y no es en modo alguno una opinión común entre las gentes que conozco, es la difusión de determinadas opiniones que, en sí, no pueden ser sino ofensivas e irrespetuosas; por ejemplo, la negación del Holocausto.
Pero lo que no me parece es lo que la prensa ha querido hacer de ella. En primer lugar, sacar a la Santa Inquisición a pasear es pecar de notable desenfoque histórico. La Inquisición presupone una confesionalidad estatal que la redacción que acabamos de leer, por muy católica que sea Irlanda, confesional incluso, está lejos de sostener. Entre otras cosas porque, y éste es un detalle que todas las informaciones que he leído u ocultan o directamente desconocen, el redactado no está hecho para proteger a una sola religión, la católica, sino a todas (con la excepción de las sectas).
El concepto de blasfemia que ha manejado la prensa española (y otras que he leído también, porque en todas partes cuecen habas) es negar a Dios. Se nos ha venido a decir: si sales a la calle en Dublín y dices: «Dios no existe», te caen 25.000 euros de multa. Gilipolleces, con perdón. Lo que la ley dice es que aquello que tú dices tiene que ser groseramente ofensivo, y no para un colgao que te escuche y se encabrone, sino para un número significativo de católicos, de musulmanes, de protestantes o de budistas.
La ley no está protegiendo una verdad oficial (la existencia de Dios en Irlanda). La confusión proviene de que, una vez más, para los redactores de muchas noticias sobre la materia la Historia ni existe ni ha transcurrido y, por lo tanto, no hay evolución en los conceptos; lo cual les lleva a pensar que una blasfemia es la misma cosa hoy que hace quinientos años.
Ciertamente, hubo un tiempo en la Historia de los hombres en el que negar a Dios era una blasfemia, en el sentido de ser una afirmación prohibida que hería la sensibilidad (presuntamente) de la (presunta) mayoría de creyentes. Pero hoy en día, incluso en Irlanda, pocos retos se le pueden poner a un abogado más chupados que demostrar ante un juez que la negación de la existencia de Dios, lejos de ser una afirmación ofensiva, es una opinión largamente difundida, y aceptada, dentro del país. Sin ir más lejos, ¿cuántos años llevan publicándose en Irlanda las obras de Nietzsche en las que éste afirma que Dios ha muerto? ¿Cuántas ediciones ha conocido en Irlanda el Por qué no soy cristiano de Bertrand Russell? ¿Acaso ha habido una sola petición seria de que dichos libros sean retirados? Y, siendo así, ¿cómo podrá un solo colectivo presentarse ante un juez y convencerle de que, de repente, se siente ofendido por la afirmación de una persona que ha dicho creer que Dios no existe?
De hecho, en leyendo el artículo mentado, a mí me da que pensar que está redactado pensando mucho más en los musulmanes que en los cristianos. Más que nada, porque los últimos grandes casos que han afectado al concepto de blasfemia, y que yo diría que son el de las caricaturas de Mahoma y, antes incluso, la condena a muerte del escritor Salman Rushdie por la publicación de sus Versos satánicos, no han tenido nada que ver con Jesucristo.
También se lee mucho por internet eso de que la nueva ley supone la imposición en Irlanda de una especie de sharia. Quien sostiene esto no creo que sepa mucho de la sharia.
Desde luego, la ley es de una torpeza acojonante, y a mí me da la impresión de que puede generar una litigiosidad de la hueva, porque carga sobre las espaldas de los tribunales la consideración de elementos cruciales del asunto, como son la consideración de ofensa flagrante, la consideración de colectivo significativo dentro de los creyentes, y la consideración sobre la existencia de un valor estético o científico intrínseco en las opiniones objeto de denuncia. Pero eso es otra historia. El centro de la cuestión es que, a mi modo de ver, quien asume la responsabilidad de describir la realidad con objetividad, que no otra cosa es un periodista, debería realizar su labor con un poquito más de meticulosidad.
Me has dejado impresionado, de verdad. En este tema lo único que has hecho es informarte mínimamente del asunto y después aplicar el sentido común, pero este es el primer sitio en el que veo que se haga, respecto a este tema.
ResponderBorrarCuenta con mi admiración, sin ironías.
A mí de la ley irlandesa lo que me resulta enternecedor es la confianza con la que sueltan lo de que una "persona razonable" encuentre mérito artístico en una obra, un criterio que ya en la década de los cincuenta en EEUU encontraron virtualmente imposible de aplicar (en la práctica, terminaba siendo "lo que al juez de turno le salga del bolo").
ResponderBorrarPues sí, otro caso más donde vemos que para estar medianamente informado no hay que ir a los periódicos (y en general a los Medios) sino consultar determinados blogs.
ResponderBorrarLuego dicen que el periodismo está de capa caída...
un poco más de autocrítica y menos de autolamentaciones le hace falta al gremio,me parece a mi.
saludos
Siempre he pensado que nadie debe influir o insultar la opinión de las personas y menos obligarlas a vivir bajo pre sextos morales propios, gran entrada.
ResponderBorrar(4) In this section “religion” does not include an organisation or
ResponderBorrarcult—
(a) the principal object of which is the making of profit, or
(b) that employs oppressive psychological manipulation—
(i) of its followers, or
(ii) for the purpose of gaining new followers.
Pocas religiones hay entonces en el mundo...porque la mayoría dinero saca y además hay cierta opresión psicológica desde el momento en el que se afirma que si no haces lo encomendado serás castigado.
Últimamente estoy bastante hartito con el tema del ateísmo, y en cuanto vi el título de la entrada, me dije: Uf, qué pereza. Ahora que lo he leído, he visto que en realidad trataba de otra cosa, y tengo que reconocer que estoy de acuerdo con el autor de la entrada en cuanto a su valoración. Que está hecha pensando en los musulmanes, eso por descontado. Tal vez el comentario de la sharia sea un tanto exagerado, pero es más atinado en cualquier caso que aquellos que mencionan la Inquisición, y el caso es que poquito a poquito –tan poquito a poquito que muchos ni se enterarán– nos iremos hincando de rodillas ante el Islam.
ResponderBorrarTambién estoy de acuerdo en que tiene pinta de ser una de esas leyes que dejan todo al arbitrio de los jueces. Va a ser un quebradero de cabeza, y espero que dentro de unos años recapaciten y arreglen ese engendro jurídico, eliminando el delito de blasfemia.
jejejeje.... estoy con Mocho....
ResponderBorraren cuanto lo ley.... todas las religiones establecidas... entran en ese saco.
Me ha encantado el articulo, pido tu permiso para convertirme en espejo de este articulo, y claro esta que respetando tu autoria hasta la ultima coma y acento.
Erlik Khan
Sin problemas, Erlik.
ResponderBorrarGracias a ti, ya he publicado la entrada esta tarde, he hecho referencia a otra entrada de otro blog, posiblemente lo conozcas, Ateologia.
ResponderBorrarErlik Khan.