Pues sí. Era fácil. La foto era del bautizo de Francisco Franco y la otra es una copia del pleno que el dictador se marcó en 1967. No es ningún mito y, de hecho, ese boleto estuvo durante mucho tiempo enmarcado y expuesto en el Patronato de Apuestas Mutuas; ahora mismo, ya no sé si lo está. De hecho, es pregunta curiosa si las provisiones de la Ley de la Memoria Histórica le afectan.
Francisco Franco ha sido, probablemente, el jefe de Estado español más futbolero que ha existido nunca. Hay testimonios de que jamás se perdía un partido de fútbol en la tele; y, de hecho, hay quien piensa que su episodio tromboflebítico de 1974 se debió a lo poco que se movió del sillón durante el Mundial de Munich. Como todo españolito que se precie, rellenaba la quiniela. Eso sí, la mayoría las firmaba Francisco Cofrán, por aquello de no ser descubierto.
En la jornada que nos ocupa, un compromiso de la selección española obligó a rellenar el boleto con partidos del scudetto italiano. En realidad, el pleno no fue de 14, sino de 12, porque hubo varios partidos que se aplazaron.
Sabemos que Franco envió a un asistente suyo a cobrar el boleto a toda pastilla.
En fin. Ya he dicho que era fácil. Pero eso no durará. Desde aquí lo digo: pronto, muy pronto, pienso edulcorar vuestras lecturas sobre don Álvaro de Luna con un Spanish Football History Quiz. Avisaos quedáis.
Es una pregunta curiosa que tiene respuesta sólo leyéndose la ley, algo que parece una hazaña más allá de las posibilidades de un ser humano conformado naturalmente. La respuesta, claro, es que no.
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