El joven y prometedor burócrata comunista Leónidas Breznev heredó una
tierra teóricamente independiente situada donde Cristo perdió la tarjeta
sanitaria de la Comunidad de Madrid y que puede considerarse un buen ejemplo
del tipo de panachés humanos creados por el estalinismo. Porque uno podrá
pensar que Kazajstán estaba formada de kazajos. Error. En realidad, aquella
república, además de por locales, estaba poblada, en bastante proporción, por
alemanes residentes en las riberas de Volga que habían sido desterrados allí
durante la segunda guerra mundial, chechenos (ésos que luego volvieron a casa
para poner bombas), polacos, e incluso descendientes de los ucranianos que
utilizara el zar en el siglo XIX para colonizar aquellas tierras, y que todavía
se sentían ucranianos en mayor medida de que kazajos. Por no citar las miles y
miles de personas de otros variados destinos que habían sido deportados, ellos
o sus familias, por la policía zarista, o por la comunista.
jueves, mayo 15, 2014
lunes, mayo 12, 2014
El hombre que sabía hacer las cosas bien (9)
El imperio dictatorial de Iosif Stalin desapareció dejando tres herederos,
cada uno de ellos poseedor de uno de los tres pilares de la URSS: Kruschev
controlaba el partido, Beria la policía, y Malenkov la maquinaria estatal.
Beria fue, de los tres, el que estuvo menos ágil y más torpón. Da la
impresión de que al georgiano, que probablemente temía ser purgado por Stalin,
le bastó con la muerte de aquél a quien consideraba el origen de todos los
peligros contra su persona; y, consecuentemente, no se dio cuenta de que había una
lucha por el poder que realizar, una lucha en la que sus dos contrincantes no
tardaron en aliarse.